Regresar al calor del hogar y familia es como un calmante. Es como hacer una pausa de mi mundo y despertar en casa como si nada hubiera pasado. Me siento feliz de sentir la misma humedad, escuchar los cánticos de los pájaros al sobrevolar por mi cuarto me traen recuerdos que me hacen sentir niña otra vez. Los colores del atardecer y el viento navideño renuevan mis fuerzas. Es sin duda una época del año hermosa, donde las familias se reunen y los amigos llaman para salir.
Descalza y con mi café tico, disfruto de una tarde soleada. Al escribir en mi diario pienso que tengo que escribir a mano mas seguido. ‘Estoy perdiendo mi bonita letra.’ Pero escribir en computadora tiene sus ventajas sin duda! Sobre todo cuando las ideas fluyen sin parar y no quiero perderlas. Sin embargo, escribir en papel siempre fue lo mio. La emoción de llenar las páginas de un diario y en un futuro recorrerlas con los dedos…es tan fascinante! Es como esconder un pequeño tesoro para después encontrarlo y descubrir que guarda la misma magia.
En fin, de qué iba a escribir? Oh ya recuerdo!
-Me encanta estar devuelta! Volver a ver la familia, amigos, vecinos, y conocidos. Y mientras mi disfrute aqui es genuino, mi corazón está lleno de nostalgia.
Aquél primer paso que uno toma hacia la aventura, es el que determina quien va a ser uno al final. Pero una vez tomado el paso, no hay vuelta atrás. La vida cambia y está cambiando cada vez que mi aventura se va desplegando. Una vez que uno haya saboreado eso—el ir hacia lo desconocido sin saber qué va a pasar, el vacío que uno experimenta al brincar a otro mundo, la sed por probar o hacer algo nuevo se vuelve insaciable.
Asi que, mientras mi cuerpo agradece este descanso, mi mente vuela y se consume en sueños de mi otro mundo. Deseando regresar a un lugar donde mi hogar es temporal, pero donde mis pies corren y mi corazón se siente en libertad irreal.
“Es una etapa.” -dicen muchos.
Yo no se si es una etapa o no, lo que se es que mi más grande aventura es no desperdiciar las oportunidades que todos los dias obtengo, y no dejar de descubrir cosas nuevas.
Mi corazón está dividido, si, y algunas veces el extrañar duele. Pero por nada del mundo escogería algo diferente. Prefiero extrañar y tener el corazón partido en dos, a evitar el dolor y muchas veces confusión. No me cambiaría por nadie ni por nada. Ya viví lo que eso conlleva, y puedo decir: Vale la pena!